Up in the air

Una comedia de altura.

Nota: 8

Ryan Bingham (carismático George Clooney) se dedica a despedir empleados en nombre de las empresas que contratan sus servicios. Sin un hogar establecido, vive entre vuelos en primera clase, aeropuertos y hoteles, disfrutando de la libertad y soledad que le aportan una dedicación liberada de ataduras materiales y afectivas.

Toda esta planificación, convertida en orgullosa forma de vida, se ve amenazada por la irrupción de dos personajes. Primero, en su trabajo, por la inteligente y prometedora Natalie (Anna Kendrick, la revelación de la película) que pretende dar un vuelco al modus operandi de la empresa e implantar un sistema de despidos mediante videoconferencia que permitiría un incuestionable ahorro a la empresa de Ryan y le obligaría a estar recluido en un despacho. Y en su vida personal, cuando conoce a una atractiva ejecutiva (sublime Vera Farmiga), viajera por negocios como él, con la que comienza a tener encuentros en los más dispares puntos del país con (cada vez menos) relativa frecuencia.

El director de la estupenada Juno, Jason Raitman, nos sorprende con esta comedia que se apoya, como la anterior, en un guión dinámico y de diálogos chispeantes.  Un claro ejemplo de cómo abordar los problemas sociales de la modernidad con una equilibrada mezcla de frescura y profundidad.

George Clooney, un actor que no me interesa demasiado, se mueve como pez en el agua en un papel que le viene como anillo al dedo. No es una comedia de las de partirse de risa de principio a fin, pero desde luego es de las que provocan una gran simpatía en el espectador. Gracias a su excepcional guión, la película engancha desde el principio, y mantiene un ritmo excelente que no aburre en ningún momento. Está claro, que con buenas dosis de ingenio la factoría norteamericana es capaz de ofrecer comedias muy por encima de la media a la que nos tiene acostumbrados.